ARROZ CON LECHE, SABOR DE INFANCIA QUE NUNCA OLVIDO
Imagen tomada de: https://www.inmsol.com/es/recetas-espanolas/arroz-con-leche/
Una de las
cosas que marcó mi infancia fue la comida que normalmente no podíamos tener. Y
es que vengo de una familia bastante humilde que no tenía grandes lujos y en la
cual había ciertas comidas que cuando se hacían eran todo un ritual.
Una de estas
era el arroz con leche. Hacía parte de esta lista porque la leche era un lujo
para nosotros y solo tomábamos un poco en el día a día, así que pensar en gastar
una bolsa completa o incluso más para un postre era algo inconcebible.
Pero había
momentos en los cuales mi padre tenía un poco más dinero y era allí cuando nos
dábamos el lujo de comer algo diferente. Entonces aprovechábamos para hacer un
delicioso arroz con leche.
Lo primero
que recuerdo de estas épocas era ese dulce olor que se sentía cuando mi madre
lo hacía. Este es un olor característico pues en mi casa lo endulzamos con
panela. No sé si conoces la panela pero su aroma es dulce y delicioso. Si no
eres de Colombia y algún día vienes tienes que probar la aguapanela, es una
bebida deliciosa con este aroma dulce que te menciono.
Para mi parecían
horas la preparación, sentía como si fuera algo de un día pero creo que esto
era por la misma ansiedad que me daba comerlo. Cuando crecí me di cuenta que se
hace rápidamente. Esto me hace pensar como el tiempo funciona de forma
diferente cuando eres niño.
Cuando por
fin el arroz estaba listo era todo un ritual el comerlo. Mi madre le agregaba
quesito, lo cual también era un lujo para nosotros pues no lo consumíamos casi
en el desayuno.
Así que todo
comenzaba cuando mi madre me entregaba mi taza de arroz con leche. Yo la hacía
rendir pues como casi nunca comíamos sentía que era algo para saborear y
disfrutar.
Lo primero
que hacía era sumergir la cuchara y sacar solo el líquido, esto me tomaba un
buen tiempo, lo hacía tan despacio que parecía una eternidad. Luego solo
quedaba el arroz y el quesito así que con mi cuchara los mezclaba para que
fueran uno solo.
Por último
trataba de comer solo el arroz para que al final me quedara la mayor cantidad
posible de quesito. Todo esto me tomaba media hora o incluso más. La verdad era
una experiencia que quería vivir al máximo.
Lo mejor es
que siempre mi madre hacía mucho, así que en el día podía comer 3 y 4 veces.
Esas ocasiones para mí no existía más comida. Todo se centraba en el arroz con
leche.
Ahora que soy
adulta sigo teniendo el mismo amor por este postre. Cuando lo como siento una
gran felicidad y pienso en esos grandes momentos al lado de mi familia. Lo veo
como un recordatorio de esos lindos recuerdos de mi infancia que me marcaron.
También lo
veo como un constante recordatorio de mis origines y de cómo debo estar
agradecida por todas las bendiciones y cosas maravillas que me rodean pues
ahora afortunadamente siempre tenemos comida en nuestra mesa y podemos comprar
cosas que antes eran inconcebibles para nosotros.
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